La nueva temporada de Santa Clarita Diet llegó a nuestras pantallas el 23 de marzo de 2018 a traves de Netflix, justo un año después del anuncio de su renovación en marzo de 2017. Creada por Victor Fresco (Mad About You), la protagonizan Drew Barrymore (Miss You Already) y Timothy Olyphant (Justified) quienes también hacen de productores ejecutivos.
Para poneros en tesitura si no conocéis la serie, ésta trata de una familia de clase media-alta que vive en los suburbios trabajando como agentes inmobiliarios a los que un día la "mala suerte" hace que sus vidas den un cambio de 180 grados. Sheila (Barrymore) se convierte en zombi de la noche a la mañana y su búsqueda de alimento se termina convirtiendo en un problema para toda la familia donde Joel (Olyphant) trata de ayudar todo lo que puede al mismo tiempo que intentan ocultar todo a la hija de ambos, Abby (Liv Hewson) teniendo un éxito nulo.
La segunda temporada comienza en el momento en el que la dejamos, Joel en un psiquiátrico, Sheila encadenada en el sótano supervisada por Abby, y Eric (Skyler Gisondo), amigo de esta última, tratando de buscar una cura que haga que Sheila deje de deteriorarse como zombi.
A partir de aquí y durante los diez capítulos que dura esta segunda temporada, es todo un no parar, algo en realidad sencillo cuando son episodios de 30 minutos. El guión, aunque simple, no defrauda y, personalmente, creo que hay una mejoría con respecto a la anterior temporada.
Durante estos diez episodios se exploran, no solo los problemas de de la familia Hammond lidiando con Sheila siendo un zombi y su forma de alimentarse y escoger víctimas, sino que conocemos a nuevas víctimas y exploramos mucho más sobre el "lore" y el origen de la enfermedad.
Estando en todo momento en alerta, tanto el espectador como los protagonistas, por temor a que se descubra todo, estos últimos siguen tratando de llevar una vida normal tanto en el trabajo como en el instituto como con sus relaciones con los vecinos. Los vemos librarse una y otra vez de ser descubiertos pero también vemos ese lado humano de cómo les afecta la situación pese a que tratan de deshumanizarla todo lo posible.
Con momentos tanto o más gores y desagradables que en la primera temporada, invitados sorpresa y preguntas sin responder que nos darán una potencial tercera temporada, Santa Clarita Diet es una buena opción para ver en un fin de semana en el que no queramos comernos mucho la cabeza con series más trascendentales.
Lo mejor: El guion, el explorar el origen de la "enfermedad" y la relación de Sheila y Joel.
Lo peor: Los secundarios quedan un poco abandonados. Podrían sacarles mucho más partido.
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