Admito que más de una vez me he tragado uno de esos Originales de Netflix que tienen una pinta más que cuestionable. En parte para aprovechar el catálogo que ofrece la plataforma más popular de VOD y también porque siento cierta atracción hacia las malas películas, ya que en ocasiones pueden resultar un entretenimiento más estimulante que las objetivamente buenas.
Pues bien, 'La primera vez que nos vimos' no es precisamente lo que se podría definir como una "mala" película, sino como una cinta mediocre en muchos aspectos, especialmente si nos centramos en su guión.
Noah pasa una primera cita perfecta con Avery, la chica de sus sueños, pero acaba relegado a la friend zone. Se pasa tres años pensando qué ha podido ir mal, hasta que descubre por casualidad la manera de viajar en el tiempo hasta aquella noche y cambiar su destino.
Ari Sandel firma esta predecible comedia romántica cuyo principal punto fuerte es su reparto protagonista. Siento cierta simpatía hacia Adam Devine desde que lo vi interpretando a Andy en 'Modern Family' y haciendo un divertido papel secundario en 'Dando la nota', por lo que para mí verle en un papel protagonista era la razón principal para darle una oportunidad a esta cinta. Lo mismo pasa con Alexandra Daddario, quien a pesar de no tener ningún titulo especialmente destacable en su filmografía, posee cierto carisma. Ambos intérpretes están a la altura de la propuesta de la película y se puede notar cierta química entre ambos, algo que se agradece para y que evita que este film no sea un desastre.
Por otra parte, sorprende la labor de Shelley Hennig, quien interpreta a la típica amiga borde y que, curiosamente, acaba teniendo mucho más protagonismo en el último tercio de la película. Hennig muestra una química brutal con Devine, lo que convierten casi todas las escenas que comparten, tanto cómicas como dramáticas, en lo mejor de todo el conjunto.
El principal problema de 'La primera vez que nos vimos' es que no intenta aportar prácticamente nada original al género más que su vertiente fantástica, y esto ni siquiera es ya especialmente original. En estos últimos años es cada vez más frecuente encontrarse con películas que utilizan los viajes en el tiempo y los bucles espacio-temporales para darle un toque diferente a la historia, como ya pudimos ver en 'Feliz día de tu muerte' o 'Desnudo', ambas estrenadas el año pasado. Muy pocas de ellas saben aprovechar el potencial que ofrece una historia más allá de lo ya visto en 'Atrapado en el tiempo', y la que nos atañe hoy es una de ellas.
John Whittington, el guionista, apenas saca provecho de las situaciones rocambolescas que se pueden dar en una historia así, por lo que uno tendrá la impresión de que está viendo una especie de versión edulcorada de 'El efecto mariposa', con la que guarda más de un punto en común. Predecible casi desde los primeros diez minutos, 'La primera vez que nos vimos' no consigue aprovechar los momentos que tiene para desarrollar a sus personajes, no son nada que no hayamos visto antes en cualquier comedia romántica y casi todas las decisiones que toma el protagonista se verbalizan de manera muy poco natural, así que durante gran parte del tiempo veremos a Noah hablar solo sin razón aparente.
En resumidas cuentas, 'La primera vez que nos vimos' es una película mediocre a todos los niveles, no tiene nada que la convierta en mala pero tampoco nada que la convierta en lo contrario, lo que la hace sólo recomendable para aquellos que, como yo, se sientan atraídos por alguien del reparto o tengan una tarde muy tonta.
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